Chorro de arena antes de la colocación del retenedor fijo: ¿una bala mágica?


¿Que hicieron?

Hicieron un ensayo controlado aleatorio de boca dividida. Querían evaluar el valor potencial del pulido con chorro de arena (durante 10 segundos con partículas de óxido de aluminio de 50 micrones) para reducir las fallas de los retenedores fijos durante 12 meses.

Criterios de inclusión:

Los autores incluyeron participantes de cualquier edad que completaron el tratamiento con aparatos fijos o alineadores. Los participantes no tenían caries, restauraciones o problemas periodontales que afectaran la región intercanina inferior. Además, tenían una alineación clínicamente aceptable después del tratamiento activo.

Métodos:

Utilizaron un diseño de boca partida. Por lo cual, arenaron tres dientes de un lado. El incisivo central al canino del otro lado no lo eran. Usaron aleatorización generada por computadora con asignación central. Los evaluadores de resultado estaban cegados a la intervención.

En primer lugar, el clínico apisonó, enjuagó y secó los seis dientes anteriores inferiores. Después de esto, arenaron tres dientes (canino a incisivo central) de un lado. A continuación, colocaron un retenedor fijo a base de acero inoxidable de canino a canino utilizando una técnica de dos pasos usando grabado con ácido fosfórico al 37 % (durante 30 segundos), agente de unión y adhesivo a base de composite.

Es importante destacar que un dentista general hizo una profilaxis de rutina una semana antes del descementado.

Se consideró el riesgo de falla del alambre durante 12 meses (a las 6 semanas, 4 meses y 12 meses). Finalmente, evaluaron subjetivamente el cumplimiento del paciente (pobre, regular o alto). Basaron esto en parámetros que incluyen higiene, asistencia y uso de auxiliares durante el tratamiento activo.

¿Qué encontraron?

Ciento noventa y siete participantes con una edad media de 16 años se incluyeron en el estudio. De estos, 48 ​​se perdieron durante el seguimiento. No se observaron diferencias significativas en las fallas a la primera entre los lados con o sin arenado (11,8% en el grupo de intervención y 11,3% en el control). La tasa general de fallas se compara bien con otros estudios, aunque encontraron 45 fallas. Curiosamente, los hombres y aquellos con niveles subjetivamente más bajos de cooperación durante el tratamiento tenían una mayor probabilidad de fracaso temprano.

que adelgacék?

Este fue un buen estudio que aborda una pregunta simple pero práctica. Tanto la metodología como los informes fueron de muy alto nivel. El tamaño de la muestra fue adecuado.

Es importante destacar que podemos concluir que el arenado no es necesario para lograr una buena supervivencia predecible de los retenedores adheridos.

Es esencial que tengamos una superficie de esmalte limpia para permitir una unión predecible. Hay, por supuesto, varias maneras de lograr esto. Observo que el escalado se realizó en el presente estudio una semana antes del descementado. Por lo tanto, es probable que los depósitos de cálculo no estuvieran presentes en el momento de la colocación del retenedor. Este paso puede haber diluido cualquier posible efecto beneficioso del arenado. Sin embargo, el desbridamiento completo antes de la colocación del retenedor sigue siendo la mejor práctica clínica.

En términos de limitaciones, como reconocen los autores, el diseño de boca dividida puede haber puesto en riesgo la contaminación del lado de control. Intentaron superar esto cubriendo el lado contralateral para evitar cualquier preparación accidental. Sin embargo, puede haber habido algunos efectos en los dientes adyacentes. También es posible que no haya sido posible identificar el sitio preciso de la falla cerca de la línea media. Finalmente, la asociación entre la falla del retenedor y los niveles más bajos de cumplimiento nos sorprenderá a algunos de nosotros. De hecho, normalmente tenemos esto en cuenta en nuestra planificación de retención. Sin embargo, es importante señalar que estos juicios siguen siendo subjetivos. Aunque, como parecen sugerir los autores, el desempeño pasado parece ser el mejor predictor del comportamiento futuro.

¿Qué podemos concluir?

Las fuerzas de unión predecibles con retenedores fijos son una función de varios pasos cuidadosos, incluida la limpieza a fondo, la obtención de información visual de una superficie de esmalte esmerilado, medidas cuidadosas para evitar la recontaminación de la superficie de esmalte y el uso de una superficie de unión amplia. Desafortunadamente, no parece que haya una ‘solución mágica’ para mejorar la supervivencia del alambre adherido, siendo la clave del éxito protocolos cuidadosos y pacientes que cumplan con los requisitos.